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6 ago 2012

Ponerse mal. Sentirse mal. A veces pienso y termino con ¿Y qué logras poniéndote mal? Nada, sólo sufrimiento y castigo a vos misma, porque no tiene ninguna solución ni fin sentirse mal al pedo. Esa soy yo. Me siento mal, al pedo, ¿Qué logro? dolor. No lo puedo evitar, es raro, loco, viene sólo, se presenta ante mí y no puedo luchar contra él porque es más fuerte que yo, porque me falta algo, porque en estos momentos me falta demasiado una persona. Admiro la capacidad de paciencia, de esperar y dejar pasar los días que tiene mi novio que todo lo ve positivo, lo admiro como persona por empezar, pero en este momento, por como estoy yo, destaco esa chispa que tiene de bancarme en mis bajones, de alentarme, su paciencia e incentiva  que espere... pero a mí me mata la espera. Me mata no verlo a él, verlo tan poco. En este momento, lo necesito demasiado, pero no puede ser, no puedo tenerlo.
Estoy débil, mi alma caída, vacía. No quiero chat, quiero verlo, quiero abrazarlo, sentirlo pegado a mí, sentirlo vivo, quiero ver su sonrisa, esa curva perfecta que me alegra el día. Pero no. No me conformo con lo poco que lo veo. Un día a la semana lo puedo ver 5 horas (como mucho), hay días que ni lo veo como mañana, o como hoy 15 minutos... y es que no tenerlo me quita las fuerzas, las ganas de todo. Tengo un nudo en la garganta, me duele el pecho, estoy celosa, caprichosa, llorona de mierda.   ¿Es necesario Sofia sentirte así? No, no lo es porque él te lo da todo.

Tengo que dejar de ilusionarme menos quizá y bajar a la cruda realidad. Sofi, en la vida todo no se puede.

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